Las ortesis son dispositivos externos diseñados para corregir, estabilizar o mejorar la función de una parte del cuerpo afectada por una lesión, debilidad o alteración neuromuscular.
Pueden utilizarse en piernas, brazos, espalda, cuello o manos, y su objetivo principal es favorecer la movilidad y reducir el dolor, evitando el empeoramiento de la lesión o deformidad.
En el mercado existen dos grandes tipos: ortesis rígidas y ortesis flexibles. Aunque ambas cumplen una función de soporte, se adaptan a necesidades diferentes. Conocer sus diferencias es clave para escoger correctamente la más adecuada.
Las ortesis rígidas están fabricadas con materiales duros como termoplásticos, metales ligeros o fibra de carbono. Su función es inmovilizar total o parcialmente la articulación o zona afectada, impidiendo movimientos que puedan agravar una lesión.
Proporcionan mayor estabilidad y control.
Son ideales en fases agudas de lesiones (fracturas, esguinces graves, roturas ligamentarias).
Ayudan a corregir posturas o deformidades.
Aportan sensación de seguridad al paciente.
Menor comodidad, especialmente con uso prolongado.
Pueden limitar la circulación o la transpiración si no están bien ajustadas.
Requieren un ajuste profesional preciso para evitar rozaduras o puntos de presión.
Inmovilización postoperatoria o postfractura.
Lesiones ligamentarias graves (por ejemplo, LCA o tobillo).
Escoliosis o desviaciones vertebrales severas.
Casos en los que el médico indique restricción total de movimiento.
Las ortesis flexibles están elaboradas con neopreno, tejidos elásticos o materiales compresivos, permitiendo una sujeción moderada con libertad de movimiento.
Más ligeras, transpirables y cómodas.
Facilitan la movilidad funcional durante la rehabilitación.
Mejoran la propiocepción (percepción del cuerpo en el espacio).
Son más fáciles de colocar y retirar.
No inmovilizan por completo.
Su nivel de soporte puede no ser suficiente en lesiones graves.
Tienden a deformarse con el tiempo o con un uso muy intensivo.
Dolor muscular o articular leve o moderado.
Rehabilitación tras lesión, en fases de recuperación funcional.
Actividades deportivas o laborales que requieran protección extra.
Prevención de recaídas o sobrecargas.
No hay una respuesta única: depende del diagnóstico, la fase de recuperación y las necesidades del paciente.
En términos generales:
Si necesitas inmovilizar totalmente una articulación → elige rígida.
Si buscas soporte con movilidad controlada → opta por una flexible.
La evaluación de un especialista en ortopedia es fundamental. En nuestro centro, analizamos cada caso de forma individual, considerando factores como:
Tipo de lesión o patología.
Nivel de actividad física.
Edad y peso del paciente.
Tolerancia al material.
En Centro Ortopédico Valencia, contamos con una amplia gama de ortesis rígidas y flexibles personalizadas, adaptadas a cada tipo de necesidad y morfología.
Nuestros especialistas te asesorarán para que elijas el dispositivo más adecuado, te explicarán su colocación correcta y te acompañarán durante todo el proceso de adaptación.
👉 Si tienes dudas sobre qué ortesis es mejor para ti, visítanos o consúltanos online. Te ayudaremos a encontrar el equilibrio perfecto entre seguridad, comodidad y libertad de movimiento.